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Salud y fuerza

lunes, 12 de octubre de 2009

Teoría literaria IX – El diálogo


La narrativa está construida sobre personajes. Personajes que actúan; y, por supuesto, dialogan entre ellos.
El diálogo es el modo que tienen los personajes de relacionarse entre si, y de mostrarse al lector; es una de las formas de mostrar como es el personaje. Un arquitecto no hablará como un plomero, ni un ama de casa lo hara del mismo modo que un chico deficiente mental. Cada personaje deberá tener una voz propia y única que lo diferencie del resto. Del mismo modo que el narrador no habla como el autor, un personaje determinado no dialoga como otro personaje.
Ésta es la primera función del diálogo dentro de la narrativa: mostrar a cada personaje a través de la forma en que hablan. Al utilizar el diálogo de ésta forma, se debe realizar un trabajo previo de conocimiento del personaje; plantear una historia anterior del mismo a través de fichas. Quizás nada de lo que trabajemos en las fichas aparezca luego en el texto final, pero nos permitirá conocer al personaje y así descubrir la forma en que actuará y hablará.
Esto en cuanto a la función del diálogo como forma de presentar a los personajes. Pero existe un uso técnico del mismo mucho más sofisticado: la articulación del ritmo narrativo.
Cuando hablé del uso de las conjugaciones verbales como forma de establecer el ritmo de la narración, hice a un lado la cuestión de como articular la masa narrativa. Es aquí donde entran en juego las frases dialógicas.
Las líneas de diálogo, intercaladas en la masa narrativa, permiten articular a la misma para que pueda cerrarse un pasaje determinado y abrir uno nuevo; o bien generar un un punto de descanso (anticlimax) y continuar con lo que sae estaba narrando.
Ésta articulación se puede realizar por medio de dos métodos sutilmente distintos:
  1. Condensación y cierre: se intercala una línea de diálogo en la masa narrativa, y luego de la misma, se continúa con aquello que se venía narrando.
    Por ejemplo:
    Ana y Juan miraron por la ventana. En la calle una mujer sin paraguas se guarecía bajo un árbol.
    -No tardará mucho en llegar -Dijo Ana.
    La mujer miró a su derecha y cruzó corriendo la calle cubriéndose la cabeza con un diario.
    En la masa narrativa se cuenta una situación determinada, se intercala una línea de diálogo, y a continuación seguimos narrando la situación inicial.
  2. Condensación, cierre y apertura:
    Es similar a la anterior, pero en éste caso tras entrar el diálogo, la narración continúa contando otra situación.
    Por ejemplo:
    Ana y Juan miraron por la ventana. En la calle una mujer sin paraguas se guarecía bajo un árbol.
    -No tardará mucho en llegar -Dijo Ana.
    Juan se apartó de ella, caminó hasta la mesa y tomó un cigarrillo.
    Aquí luego del diálogo, el narrador olvida a la mujer en la calle, y continúa narrando que hace Juan.
Estos dos ejemplos, por supuesto, son un tanto burdos, pero grafican lo suficiente como para comprender lo que estoy diciendo. Se puede notar la pausa que genera el intercalar el diálogo, pemitiendo articular el ritmo de la narración, creando una zona de descanso en la masa narrativa.

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