Allí estaban ellos, imperturbables, inmóviles, observadores. Invitados sin voz ni voto, luciendo los increíbles modelos rebajados a precios populares. Como hordas enloquecidas. entraban las clientas, sin control, por aquellos angostos pasillos, apoderándose de todo tipo de tejido que se encontraban alrededor.
No lo compres, tiene un grave defecto en la costura
¿Eso te vas a poner? Por favor... si no te entra ni el pie.
Anda dile a tu amiga que se lave mejor cuando venga a probarse algo... Apesta
Poco a poco el griterío fue disminuyendo, y con él, el bullicio primigenio. Era algo inaudito. Las clientas, huían despavoridas como si hubiesen visto u oído al mismísimo diablo.
Miradas de incredulidad se lanzaban entre los trabajadores y dueños de aquella boutique. Una sonrisa malévola se marcaba en el Maniquí Líder La revuelta de los maniquíes había sido efectiva.
Jeje... quizá tú ya no, pero me estás recordando a Golpes Bajos en los 80...
ResponderEliminar:-P
Bueno, en breve escribiré el tercer y último capítulo de esta serie. Hoy voy a enredar un poco...
ResponderEliminar¿Hacemos una colecta, para mandar al Flamitas a una residencia? O eso, o que se vuelva a medicar, pero "asín no pué seguí er chaval"
ResponderEliminarjejejejeje amigo infernal, y yo que pensaba ir a comprarme algo en un aut let.
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