
Yo deseaba la libertad. No podía tenerla sin la ayuda de mis vecinos. Ciego por la ira entregué mi libertad y la de mis hijos a un nuevo Imperio. Hoy no tengo nada... Mis hijos siguen siendo exclavos. A mí ya nada me importa, mi vida se confunde con el Desierto. Tal vez conseguí lo que tanto deseaba: Mi liberación.
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