Un viento súbito y borrascoso levantó la mar, quería conquistar la tierra. Lo intentaba una y otra vez, y en cada ocasión se elevaba impotente frente al acantilado. Derrotada en blanca espuma, se retira plena de rabia, para tomar nuevo impulso antes de la nueva batalla.
La lucha era sin cuartel y conociendo que no valía la pena hacerlo cara a cara, su compañero el mar, penetra por las mil rendijas y galerías de la roca para emerger victorioso sobre la tierra asombrada de tanta osadía.
Fotografías de Piedra
miguelbueno.blogspot.com
Espectacular, me encanta. Verlo, no estar allí para contemplarlo, por supuesto. Ciclogénesis explosiva.
ResponderEliminarVuelvo a disfrutar de ests fotos en esta casa. Me encantan!!!!
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