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Salud y fuerza

sábado, 3 de julio de 2010

Espejo roto


Dejó el tajo casi en el mismo lugar de ayer, hoy se había dedicado a limpiar de ganga el espacio de la bocamina. Cuando salió estaba tan negro como cualquier otro día.
Pasó a lavarse un poco, por lo menos limpiarse la cara, el entrecejo estaba ya tan oscuro que le era difícil saber su color.
Cuando se miró en el espejo no se reconoció, la mezcla del carbón con el barro le tapaba completamente las facciones y le costó un mundo arreglarse un poco el pelo para no andar por la calle con esa cabeza de indio de película del oeste.
De pronto se acordó de su María y le cambió la cara, pareciera más joven pensando que María le sacaría hasta el último polvo, y el espejo en ese momento le devolvió una sonrisa.

Años después salió al monte por el gusto de dar un paseo y acabó a las puertas de la mina abandonada. Entró en la antigua cantina y cuando se miró en el trozo de espejo que aún colgaba de la pared, no se reconoció. Sí era él, pero esa cabeza tan blanca y esos ojos hundidos no le perecieran los suyos, entonces le vino a la mente el recuerdo de su difunta María y el espejo le devolvió una tristeza casi infinita.

6 comentarios:

  1. Hola Piedra.
    Te dejé un comentario en Algo para contar y no quiero repetirme.
    Ya sabes que disfruto mucho de tus textos y te sigo la pista casi a diario.

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  2. Me alegro que el espejo desentierre nuestras telarañas crativas y documentales. Saludos.

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  3. Amigo Piedra, tus historias tienen todas un fondo realista que te identificas enseguida con ellas por una u otra razón. Pero es la forma de contar una historia lo que realmente deja su marca. Es un placer

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  4. Un texto contundente, crudo, con sentimientos fuertes a flor de piel y sin medias tintas.
    Me gustó mucho, Miguel.

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  5. Así como Gladys tiene tintes Wilde, tú los tienes a lo Perez Galdós, con costumbrismo y realismo. Muchas veces crudos con una poética tan descarnada como abrumadora.
    Miguel, eres una mina.
    Besos de hoy

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  6. Una suerte tener tantos amigos que miren con buenos ojos las cuatro cosas que uno escribe.
    Muchas gracias y un montón de expresiones.

    Piedra

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