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Salud y fuerza

domingo, 24 de octubre de 2010

La Maleta (Otoño)

NOA (La mañana está revuelta. Hace calor, unos nubarrones cubren el cielo. Noa se levanta con una sensación de desasosiego. Se mira al espejo y allí descubre a una mujer que va a cumplir los 40 años y está a punto de entrar en una etapa nueva de su vida. Su espíritu es fuerte y decisivo. Coqueta, se prepara adecuadamente y elige las mejores armas para ganar esta guerra al Tiempo y a la Felicidad. Una llamada a la puerta la saca de su preparación. Abre la puerta y allí está un repartidor que le entrega una gran maleta roja. Firma el paquete de entrega y ansiosa mete la enorme y pesada maleta en casa. Sin tiempo para nada, la abre… Sus ojos no pueden creer lo que ven. Un cadáver.) ¡¡¡Qué broma es ésta!!! (Examinando mejor la escena, ve algo que la hace dar un grito desgarrador, grito que se oye por toda la vecindad. La policía encuentra a Noa ensangrentada y aferrada a la maleta. Es llevada al hospital, tras sufrir un ataque de histeria muy fuerte. En una habitación debidamente aislada es visitada por un par de personas.)

SARG. Hola, buenos días… ¿Cómo se encuentra?... No sé si me recuerda… Soy el Sargento Rubiales y ella es la Inspectora Paz Andrade… Usted estuvo en mi despacho hace un mes junto con su... amiga. Aquel encuentro no fue muy amistoso. (Noa lo mira asustada) No, tranquila, sabemos que usted no fue. También sabemos que mantenía una estrecha relación con… Lee. Hemos estado investigando a fondo. Aún así nos gustaría saber cuándo fue la última vez que vio a la víctima.

NOA (Con infinita tristeza en sus ojos) Hace 20 días más o menos… Después de tener aquella discusión en su despacho, nosotras tuvimos la nuestra… (Llorando.) No la he asesinado, pero sí la envié al matadero… Soy culpable… ¡Deténganme!

PAZ (Agarrándole la mano) Por supuesto que usted no es la culpable. Usted era la persona que más la quería. Y me consta que ella la amaba. Ahora lo que ha de hacer es recuperarse, ella, donde quiera que esté no puede verla en este estado. Y ahora, ayúdenos a dar con el responsable o responsables de tal atrocidad. ¿Tenían algún enemigo?

NOA No, para nada. Ella aunque tenía ese trabajo, todo el mundo la quería. Decían que era una Diosa del placer… (Su mirada perdida se inunda de lágrimas. El Sargento, hace un ademán a la inspectora.)

SARG. Bueno, nos vamos, no queremos molestarla más. Si recuerda algo, llámeme a la hora que sea, aquí le doy mi tarjeta. (Le entrega una tarjeta personal)

NOA (A la inspectora.) No se vaya… ¿Puede quedarse un momento?... Por favor.

PAZ Esta bien, tranquila, ya me quedo… Sargento, me quedo un poco más. Luego paso por la oficina y hablamos. (El sargento se despide de ambas mujeres. Desaparece tras la puerta) No es mala gente, todo lo contrario. Es una de las personas más íntegras que conozco… ¿Sabe? Se vino de la capital por culpa de un caso muy feo de corrupción. Investiga mucho y a fondo. Eso casi nunca se ha hace en nuestra profesión. Si hay alguien que puede resolver este caso, es él. Ahora que estamos solas, cuéntame algo que pienses que pueda ayudarnos a atrapar al bestia malnacido.

NOA No sé qué contarte. Tan sólo decir que no me despedí como debía de ella. Era tan deliciosa… Tan sensual… Mi mejor amante. Por favor, coged al mierda que ha hecho esto. No merece vivir ese aborto social.

PAZ Sssssssssshhhhhh… Descansa… No te preocupes por eso. De este tipo de gentuza nos encargamos nosotros de encerrarlos. Y ahora duerme, tienes que recuperarte y seguir viviendo, Lee lo hubiese querido así.

NOA (En el piso franco, donde Lee realizaba sus contactos. Allí está Mar, la socia de Lee. Mujer de la edad de Lee, una belleza más clásica, muy resolutiva y de gran carácter. Respeta mucho a Noa, porque sabe lo importante que fue en la vida de su socia.) Hola… Soy Noa, la amiga de Lee.

MAR Sí, lo sé. Lee me ha hablado mucho de ti y muy bien. Ahora entiendo que perdiese la cabeza por alguien como tú. Me dijo que si algún día pasara algo, te hicieras cargo de sus bienes. Te nombró heredera junto conmigo.

NOA Pero yo no merezco todo esto. Tan sólo…

MAR Te mereces esto y mucho más. Fuiste la única persona que le llegó al corazón. Sólo por eso mereces no sólo lo que te deja, sino mucho más. En el fondo te envidio, pudiste llegar a ella en un momento. Sin embargo para mí siempre fue un gran enigma. Muy cercana y gran amiga, pero que ocultaba algo en su interior. Algo que contigo no tuvo ningún inconveniente en mostrar, (murmurando para sí con cierta tristeza) una desconocida. Pero no me malinterpretes, no tengo nada contra ti, al contrario, te ayudaré en todo lo que necesites. Así que aquí me tienes, toda tuya.

NOA Gracias. Tu sinceridad no sólo no me asusta, sino que me reconforta. Ahora puedo confirmar que Lee no sólo tenía una socia coherente, también una amiga incondicional. Verás tengo un plan y para llevarlo a cabo necesito de tu ayuda. Lee me comentó que sabías vida y milagros de muchos pecadores que vienen por aquí. ¿Estarías dispuesta a ayudarme?

MAR Lo que quieras. Como te dije antes, si hay que ir hasta el Infierno por ti o por Lee, Mar Jiménez de Urueña, hará lo que sea por estar allí. Ya me han jodido demasiadas veces. Esta vez seré yo la que dé por culo. (Mar escucha con sumo interés el plan que Noa le va relatando, sonriendo unas veces, abriendo los ojos con sorpresa otras, asintiendo siempre) Vaya, vaya, pues no eres tan débil como pensaba. Tienes agallas para trazar un plan así, y muchas más para llevarlo acabo. Cuenta conmigo. La información y la pasta para los gastos que originen, las tienes. Por cierto, tu marido… Creo que tu marido está metido en el ajo. El otro día a un cliente le oí una conversación en la que se nombraba al “Gran Jefe”, hablando de que había sido una gran cagada la muerte de la puta. Sigue esa pista. Ya sabes que el asesino, la mayor parte de las veces es alguien muy cercano a la víctima.

SARG. (Es el día 12 de octubre. Noa ha sido avisada por el Sargento para comunicarle cómo va la investigación. Ambos se reúnen en una cafetería. El Sargento le confirma las sospechas de su amiga Mar, Señor fue quien dio la orden para que un sicario ejecutara a Lee. Noa ojea el expediente, al tiempo que el Sargento le va comentando el caso.) Bueno, ya detuvimos al sicario que cometió esa bestialidad. Es un ex agente de la KGB muy peligroso, su instrucción militar de la antigua Unión Soviética lo convierte en un asesino letal. Lamentablemente no hay pruebas concluyentes de que el asesinato haya sido encargado por… Señor… Pero estamos muy cerca, hay que hacerlo muy bien, puesto que es un elemento clave en otro caso en el que él hace de testaferro, es un caso de corrupción y evasión de capitales. Con un poco de suerte mataremos dos pájaros de un tiro. (Le agarra la mano suavemente) Lamento que se haya visto envuelta en esta mierda. Pero tiene que ser valiente y confiar en la Justicia. Más pronto que tarde lo veremos entre rejas.

NOA Gracias, Sargento, sé que es buena gente y que lo ha pasado muy mal debido a mi… a Señor. Tome, no quiero complicarle aún más. Siga como hasta ahora y haga todo lo que tenga que hacer, estoy con usted.

SARG. No lo dude que llegaré hasta el final, cueste lo que cueste, dos veces no me van a joder… (entre dientes) Esta vez no. Sólo le pido una cosa. Aléjese de esta mierda, porque se va a poner muy fea a partir de ahora. Tiene una vida por delante, yo ya tengo callo, me van a jubilar dentro de poco, mi carrera ya está hecha. Ahora, por favor, váyase tranquila a su casa. Ya no nos veremos.

NOA Gracias de nuevo, por todo… Y que tenga mucha suerte. Se lo merece. (Se aleja hacia la puerta. Ninguno de los dos vuelve para despedirse. Saben que es la última vez que se verán) (Los días siguientes son frenéticos para Noa. Búsqueda de información. Confirmación de teorías. Reuniones. Parece tener prisa en dejar todo atado y bien atado.) (Es la víspera del 1 de noviembre. Noa y Mar están en una habitación. Se han hecho muy amigas, les une la tristeza y las ganas de lucha. Esta será una despedida en toda regla por parte de Noa y se tiene que dejar entrever) Bueno, aquí estamos las dos juntas, recordando a nuestra amiga. Hace un par de meses ya…

MAR Eh, no llores… A Lee no le gustará, si nos ve, que nos pongamos a llorar como Magdalenas… ¿Sabes? No me extraña que se volviese loca por ti… Tienes un revolcón muy salvaje… Y eres diabólicamente perversa en la cama… (Juegan entre las sábanas. Poco a poco se va apagando la luz. Es el 1 de noviembre. Un día otoñal perfecto: cielo claro, temperatura muy fría, el sol no logra imponer su poder. Noa se levanta con mucho cuidado. Se viste y deja un sobre en la mesa de la habitación. Con sumo cuidado sale de la habitación. Echa el último vistazo, una lágrima se escapa por sus mejillas. Tras salir por la puerta del hotel, coge un taxi y se dirige hacia las ruinas del castillo. Haciéndose pasar por una turista sube con aparente tranquilidad hasta la torre del Homenaje, repasando mentalmente su plan. Llega a un habitáculo y allí comprueba que todo está en orden. De su bolso saca un mando a distancia y una discreta luz roja se pone en funcionamiento. Cuando todo está en orden, espera pacientemente, mirando el reloj. Al cabo de 10 minutos se oyen unos pasos. El pulso de Noa se acentúa. Y allí aparece él, Señor.)

NOA Hola, llegas tarde… Como siempre. Ya sabes que no se debe hacer esperar a una dama.

SEÑOR Lo lamento, pero ya sabes que la gente importante tiene mucho trabajo. Por cierto, la dama que está esperando… ¿Dónde está?... Es broma. Dime para qué me has llamado… Y sobre todo… ¿Por qué hemos quedado aquí?

MAR (En otro lugar, Mar se levanta sobresaltada. Mira a su alrededor y comprueba que no hay nadie… Nada. Tan sólo un sobre blanco con su nombre… Su mano se acerca temblorosamente hacia él. Lo huele… Siente su olor. Lo abre muy lentamente como si lo estuviese desnudando. La desdobla, contempla las letras desnudas… Las mira extasiada:

Querida Mar, cuando leas esto, yo me habré marchado para siempre. No, no digas nada. Tuve que hacerlo. He de vengar la muerte de nuestra amiga… Mi amada… La razón de mi existencia. No te preocupes por mí, nadie me va a matar, porque ya estoy muerta… Me mataron el día que recibí La Maleta de la Infamia. El parásito que tuve gran parte compartiendo mi vida no supo, no quiso saber que hay otras formas de vivir, aparte de la suya, que es miserable y pobre. No pretendas salir en mi ayuda, ya he tomado medidas para que la mierda vaya a la cloaca y se pudra sin remedio. Pero antes de que ocurra todo esto, o en el momento de que ocurra, deseo… Ordeno… Mando, que todo lo mío sea tuyo… Que todo lo de Lee te pertenezca. Que nadie te toque un pelo. Sé que lo harán, el Sargento y la Inspectora Paz se encargarán de ello… Uníos y seréis invencibles… Por cierto, las pruebas de los asesinatos del aborto social de mi… Señor, están almacenadas en esta dirección:

www.LaMaleta.com

Te quiero por todo lo que has hecho por mí, y mi yo, donde quiera que vaya, está contigo. Gracias.

(Mar llora amargamente, sus lágrimas caen frenéticas en la carta, al tiempo que ella las lame y besa ansiosamente como si estuviese haciendo el amor por última vez con Noa. Durante toda la carta se ve que los personajes de Señor y Noa mantienen un enfrentamiento. En el punto más álgido de la discusión, Señor inducido por la provocación de Noa la estrangula con sus manos, cayendo desplomado el cuerpo en el suelo. Señor se da cuenta de su acción y pretende reanimarla. Demasiado tarde. Sirenas y luces intensas, se funden con la escena descrita.




final

2 comentarios:

  1. Entre guión cinematográfico y novela negra, me quedo con la novela. Queda seguirle la pista al sargento a ver donde nos lleva.

    Expresiones
    Piedra

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  2. La historia tal y como se concibió se terminó aquí. Otras posibles continuaciones serán interesantes, pero son otras historias que no tienen que ver con la idea original de La Maleta. Aún así, se puede estudiar qué hacer con el Sargento... Un abrazo.

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