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Salud y fuerza

viernes, 22 de octubre de 2010

La Maleta (Verano)

(continuación)


NOA (En la cocina, junto a Señor, comiendo en un día en el que el calor se hace más presente que nunca.) Tenemos que hablar… Sabes que siempre he hecho lo mejor para tu carrera… Nunca te he puesto en ridículo públicamente, por muy extravagantes que me parecieran tus actuaciones y las de tus amigos… Pero lo nuestro no va bien, o no tan bien como yo quisiera, así que pienso que por el bien de nuestra relación… deberíamos alejarnos por un tiempo… digamos este verano. Yo me iré a la casa de mis padres en el pueblo. No te preocupes, de cara a tus votantes, seguimos casados. Lo que ocurre es que estoy muy ocupada con mi trabajo.

SEÑOR (No dando crédito a lo que está escuchando) ¿Qué me estás contando?… ¿Te vas y me dejas tirado?... ¿Acaso crees que puedes terminar con una relación de tantos años, en una cocina?... ¡Ah, ya! Has conocido a alguien y quieres deshacerte de mí. Así me agradeces lo que he hecho por ti durante todo este tiempo. Seguro que has conocido a alguien que te folla mejor que yo… Siempre es lo mismo. (Se levanta e intenta poseerla con fuerza. Se produce un forcejeo, el mantel con la comida van al suelo. Se miran con odio.)

NOA No te preocupes. No volverás a tener que hacer nada por mí. Pensé que podríamos arreglarlo como personas civilizadas, pero tú y civilización sois términos antagónicos. No te molestaré más. Enviaré a alguien a por mis cosas. Que tengas buena suerte en tu elección… Con mi voto no cuentes. (Se pierde por el pasillo. Da un portazo. Señor da una patada a la mesa y ésta se rompe y cae en el suelo. Maldice su suerte. Se calma… Piensa un momento… Llama por teléfono.) (En una consulta médica pública, dos personas esperan su turno, entre ellas Lee, que será la última en entrar. Noa se queda petrificada al verla entrar por la puerta. Se levanta de su silla y la abraza como si no la hubiese visto en mucho tiempo.) Pero qué haces por aquí… ¿Te ocurre algo?... Ven siéntate… Cuéntame…

LEE (Jugando a ser paciente) Pues verá doctora… Tengo un pequeño problema, que por más vueltas que le doy, no lo termino de resolver como yo quisiera.

NOA (Adivinando el juego. Se sienta y ejerce su papel de doctora.) Dígame… Cuénteme su caso…

LEE (Carraspea y se coloca muy coquetamente) Pues verá… Mi trabajo… Bueno a lo que me dedico… Regento un club de chicas de compañía a domicilio… Es un club muy selecto y sólo trabajo con profesionales altamente cualificadas. Yo… de vez en cuando también hago servicios, aunque primordialmente gestiono el negocio. Dicho todo esto, hace no muchos meses, se me contrató para un trabajo delicado. Pasar una velada con un personaje importante de esta ciudad y su esposa… En principio todo iba a ser como siempre… Servicio, cobro del servicio y hasta luego… Pero me enamoré, y eso es algo que en esta profesión se paga muy caro. Y ahora estoy hecha un lío, porque no sé qué hacer…

NOA Muy interesante… Y dígame… ¿De quién se enamoró?... ¿De él o de ella?

LEE Pues… ésa es otra… Para hacer la historia más jugosa… me enamoré de ella… El ser más sensible, más inteligente y la persona que mejor me ha tratado. Nunca he tenido una relación como la que estoy teniendo con ella… La quiero a morir… Por ella sería capaz… de todo. (No hizo falta continuar la consulta, Noa, se avalanzó sobre ella, sin importarle que en medio hubiese una mesa. En menos de 1 minuto, las dos estaban desnudas retozando encima de la camilla de la consulta. El deseo era incontenible, y el amor desbordante.) Te echo de menos, cada instante que estoy sola.

NOA ¿Sabes?... Lo he pensado mucho… Tengo que proponerte algo… Estoy nerviosa… No sé por dónde empezar… ¿Te gustaría?... ¿Estarías dispuesta?... A vivir… conmigo…

LEE Sí… Sí… Sí… Quiero vivir contigo… Ser tu amante… Tu amiga… Despertarme contigo… Llorar, reír… Lo quiero todo… (El sonido del teléfono las sacó de su isla de felicidad, devolviéndolas a la realidad. Ambas comprendieron lo que significaba y se vistieron con rapidez. Noa atendió al teléfono, al tiempo que le extendía una receta a Lee, en la que se podía leer una dirección, y una hora. Un guiño y un beso al aire fue la confirmación por parte de la paciente. Lee, salió radiante de la consulta, pisando firmemente por el suelo. Nada ni nadie podría arruinarle el futuro. Había conseguido un buen proyecto de vida y se aferraría a él con uñas y dientes.)

NOA (Había preparado todo con especial esmero. Se había asegurado de no tener ningún contratiempo, planeándolo todo al milímetro. El reloj marcaba las 22:00 H. Comenzaba su nerviosismo. ¿Se habrá echado atrás?... ¿Habré ido demasiado lejos?... Tal vez me haya equivocado… Pero qué tonterías dices, estás de atar… Paciencia, seguro que se retrasa por el trabajo… Cinco minutos después, un ding-dong hacía levantar como un resorte a Noa, con aparente tranquilidad fue hacia la puerta, abriéndola. Allí estaba ella, enfundada en un abrigo, y aún así qué bella era, pensaba Noa. Lee se quedó petrificada al ver a su anfitriona con un vestido muy corto y ajustado. Allí mismo habría comenzado el ataque, pero prefirió aguantar y hacer como si no hubiese pasado nada. Noa, la hizo pasar inmediatamente.)

LEE (Entrando en la casa. Atrapa como fiera hambrienta a su víctima. El recibidor comienza a recibir los ímpetus salvajes de dos seres sedientos de pasión.) Qué buena estás… Te voy a comer entera. Vamos a recuperar el tiempo perdido con creces.

NOA (Separándose un poco.) Sí, pero antes vamos a reponer fuerzas, porque no sé tú, pero yo tengo un hambre increíble. (Ambas, como una pareja de amantes, fueron hacia la cocina, reprimiendo sus verdaderos deseos. La cena estuvo salpicada de miradas pícaras y tiernas caricias. No se llegó a terminar la cena, la necesidad de probar el postre se hizo imperiosa y allí empezaron a remolonear como dos juguetonas adolescentes. Noa, de nuevo paró a Lee, y la llevó hasta su habitación… Allí se quitaron la poca ropa que aún tapaba sus cuerpos, enredándose entre las sábanas.)
(Un coche aparcado en la calle, había observado todos los movimientos producidos en la noche.)
(El día las había atrapado abrazadas en la cama. El sol, impertinente, se encargaba de avisar a nuestras amigas que era demasiado tarde, incluso para ellas. Noa fue la primera en despertarse. Con mucho cuidado, salió de la habitación. Los ojos de Lee se fueron abriendo lentamente, comprobando que no era un sueño. Adormilada, su olfato percibió un intenso olor a café. Se dio la vuelta y allí estaba la anfitriona sosteniendo en una bandeja el desayuno.) Bueno, vamos a desayunar, ducharnos y recoger un poco todo esto.

LEE Vale, tú mandas, pero sólo porque estamos en tu casa, no te vayas a creer. (La mañana se pasó entre caricias y faenas de limpieza, hasta bien entrada la tarde no se acabaron las faenas domésticas, debido a las constantes distracciones que había entre ellas. Decidieron dar una vuelta y refrescarse ante el calor que hacía. El paraje que escogieron fue muy tranquilo y alejado del mundanal ruido. Allí se desnudaron y se zambulleron en el tramo de río más hermoso que había en toda la provincia. El atardecer las sorprendió jugando en aquel paraje, como dos niñas. Tras averiguar que eran las fiestas de la localidad, decidieron cenar en un restaurante de la zona, para más tarde volver a la típica verbena del pueblo que animaba a las gentes de aquel lugar y de los pueblos de alrededor. La bebida, el calor y aquella embriagante música hizo que ambas amigas manifestasen sin tapujos sus más ardientes deseos, produciendo una mezcla de envidia y tensión sexual que haría palidecer al mismísimo infierno.) Estamos locas… Nos están mirando… Nadie baila… Debemos parar, estamos dando el espectáculo.

NOA No sé tú, pero a mí me da igual, yo sólo quiero estar contigo aquí y ahora, de esta forma. Sintiendo como tu cuerpo arde en deseos de estar junto al mío. Notando como siento que te estoy haciendo el amor al ritmo de esta música… Nuestra música.
(Es madrugada y nuestras amigas están sentadas en un despacho oficial, ante el oficial al mando de la policía. La situación es tensa para los tres. Lee está asustada… Noa, indignada ante el hecho de tener que dar explicaciones por no haber hecho nada… El oficial, asqueado de tener que involucrarse en una situación sentimental que no le interesa.) Esto es indignante… Cómo se atreven a detenernos sin haber hecho nada. No dirá que es escándalo público lo que estábamos haciendo.

LEE (Muy asustada) Discúlpela Sargento. Hemos bebido un poco más de la cuenta y…

NOA No… No y no… ¿No te das cuenta de que no hemos hecho nada?... Sin embargo ellos… Nos han detenido sin justificación alguna.

SARG. (Intentando explicar) Mire, ni están detenidas ni han hecho nada grave. Desgraciadamente me he visto obligado a traerlas hasta aquí por motivos… El caso es que… ruego que hagan el favor de no volver por aquí en una temporada… Y si me lo permiten, eviten que la gente las vea juntas… Será mejor para todos… No es una amenaza, es tan sólo un consejo. ( Noa se levanta enfurecida, y agarrando a su amiga de la mano, se va… Lee, agradece con una mirada al Oficial sus palabras. El oficial cuando se queda sólo maldice todo el asunto.

NOA (Varias horas después Noa y Lee están a solas en la cama de Noa, intentando olvidar con su amor salvaje lo ocurrido en la verbena del pueblo. Noa mira fijamente a Lee, enseguida averigua que algo no va bien) Mi niña qué te ocurre. Estás a mil kms. de aquí… ¿En qué piensas?

LEE En ti… Pase lo que pase… Suceda lo que suceda, recuerda que siempre te querré. Pero no podemos seguir así, tenemos que darnos un tiempo… Tomárnoslo con más calma.

NOA ¿Tú también? ¿Me vas a dejar tirada como a un trapo viejo? Por favor, no lo hagas… No seas como una vulgar puta que deja a su cliente tras un revolcón.

LEE (Suavizando la situación) Noa, mi vida… Vamos a dormir tranquilamente y dentro de unas horas todo lo veremos con más calma. (Noa de mala gana se da media vuelta y dándole la espalda, apaga la luz y se duerme. Lee se siente triste y también intenta dormir.)

NOA (El sol abrasa la habitación. Noa se despereza poco a poco, intentando recolocarse en el día y lugar donde se encuentra.) Lee, mi niña. ¿Dónde estás?... ¿Dónde te escondes? (Se levanta y comienza a buscarla por toda la casa, sin encontrarla. Angustiada y sabedora de que se ha marchado, pero sin querer admitirlo, se acerca hacia el recibidor, allí, en el primer lugar de la casa donde marcaron con su amor el inicio de una nueva vida, estaba aquella carta escrita por Lee:

Mi vida, ni por un momento pienses que te abandono. Ni muchísimo menos. Tampoco te sientas como un trapo viejo, no lo eres, mucho menos para mí. Has sido, eres y serás lo mejor que me ha pasado en mi vida. La persona con la que deseo compartir el resto de mi existencia. He reído y llorado contigo como nunca lo había hecho. Estás conmigo, aunque no estemos ahora juntas. Pero debes entenderlo, necesitamos unos días para no cometer errores tontos y echar a perder todo lo que hemos construido hasta ahora.
Te quiero… te necesito… te deseo y te amo perdidamente, pero dame unos días, y dejemos asentar esta maravillosa historia. Pensarás que soy una cobarde, tal vez lo sea, pero no quiero perderte… tampoco quiero que seas una aventura… Sólo deseo estar contigo…. Figúrate, mientras escribo esta carta, estoy deseando volver a nuestro nido, y morir hasta la extenuación vaciándonos nuestro amor. Secar nuestros jugos con las llamas de la pasión. No puedo seguir sin…

(Unas gotitas de humedad han regado el papel, corriendo un poco la tinta. Humedad que aspira intensamente, recordando todos y cada uno de los momentos de su relación. Llora. Instintivamente comienza a frotar la carta por todo su cuerpo, recordando las caricias de Lee.)

2 comentarios:

  1. Mira amigo Infernal, vas a tener que dejar esos viajecitos al pueblo con tus amigotes y sentarte de una vez a darle el tono de guión a esta historia. Vale la pena y tiene mucho juego... no sé qué estás esperando!!!!!

    Si tuviera una carita de anciana regañona te la ponía aquí, jejejejej-

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  2. Pues ya me leí el verano, vaya calentito que está! Me gustan tus textos largos, Jimul, los disfruto mucho. Luego me leo el otoño, que me quedé con la intriga de si siguen juntas o no.

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