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Salud y fuerza

martes, 21 de abril de 2009

Entre el fuego y el agua

Toda la noche he dormido contigo
junto al mar, en la isla.
Salvaje y dulce eras entre el placer y el sueño,
entre el fuego y el agua.

Pablo Neruda


Desde mi rincón en Piedra, milagros de Internet, he paseado por la casa de Pablo Neruda.
Entre las olas y los días, en esta tarde tranquila, mirando perderse el sol en los perfiles de las encinas, leo sus versos a Matilde.
Recuerdo otras noches sin horas. Enlazados los dos en abrazos sin tiempo. Cuando el amanecer me sorprendía con su cuerpo entre mis brazos.
Era una cama pequeña, entre catre y cama; nos sobraba la mitad. Teníamos un banco de escuela sujetando la pata rota. El cuarto era grande y la silla se perdía como único mueble en aquella inmensidad de dormitorio. La ventana daba al patio de la escuela y muchas mañanas de domingo nos despertaba el sol en la cara. No importaba el frío de aquellos largos inviernos. El calor lo poníamos nosotros y las mañanas sin prisas parecían hechas para los dos.
Entre el placer y los sueños, eran salvajes y dulces los días. Días enteros para nosotros. Solos en aquella casa grande, sin vecinos. Adosada a la escuela, tan silenciosa en los días de domingo, que nadie molestaba nuestra tranquilidad y lentamente veíamos pasar el día y llegar la tarde tan callada.
Entre el fuego y el agua, no hacíamos planes. Dejábamos transcurrir las horas y nos traía de nuevo la noche otros sueños, otros placeres.
Llegarían otros días, nuevos soles. Otras ilusiones de ver crecer al hijo, amamantado entre lectura y lectura a los niños de la escuela. Juguete de todos, en aquella escuela unitaria y mixta donde cualquier momento se aprovechaba para enseñar a leer y escribir.
Hace años volvimos a la casa-escuela y en su solar había un parque infantil con toboganes y columpios y lo que es el misterio de la memoria: veía con claridad la silla de anea en la portada, donde mi mujer daba de mamar a Miguel mientras los niños correteaban alrededor; el albaricoque en el patio, bajo cuya sombra colgaba la jaula del jilguero y el dormitorio grande, con aquella cama cojitranca frente a la ventana.

8 comentarios:

  1. El texto lo parí el mes pasado en Piedra, pero le tengo tal cariño que lo quería compartir.
    Enfero, si puedes sube mi enlace Piedra "http://miguelbueno.blogspot.com" a lugares comunes. Gracias

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  2. Miguel-Piedra: ya tienes tu espacio en el costado.

    Eres... eres...
    Tu texto tiene aromas y sabores. Puedo recrearme en la sensación de paz que nos trasladas y en los ropajes de una época, en el olor de los niños y los lápices y en esos libros austeros de los que hablas.
    Debes transmitir con tu presencia la misma serenidad que con tus textos. No tengo dudas.

    Me gusta leerte y me hace además mucho bien.

    Gracias Piedra

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  3. Es cierto lo que dice Enfero, leer este texto hace bien, brinda la serenidad que describe con tanta exquisitez. Fue todo un placer volver a leerlo.

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  4. Huele a salitre, es cierto. Algo difícil de conseguir.

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  5. Yo creo que hay muchas clases de textos, más allá de la clasificación literaria con la que se los suele etiquetar. Para mí hay letras que son para volver a ellas de vez en cuando, como se retorna a un sitio especial, o de la misma manera que se recupera de la estantería de los vinilos una canción, y se acude a ella para encontrar lo que se busca en ese momento. En este texto he encontrado eso, va más allá de lo que cuenta, y lo hace por la manera en que lo cuenta. Has conseguido que las letras sean terapéuticas, y que no sepan a medicina. Un placer leer cosas así, seguro que volveré en alguna ocasión.
    Un saludo.

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  6. Siempre que leo a Miguel
    mi corazón se serena
    con esa avenencia buena
    que tiene sabor a ayer.
    Buena, como Bueno es él,
    mansa, mágica y amena
    con soplos de hierbabuena
    que puedo volver a oler.


    Un beso, Piedra.

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  7. Magia, tus letras tienen esa magia especial que transporta y reconstruye.Precioso texto.
    Besos, al Sur

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  8. ¿Qué diría a esta panda de Enfero, nofret y Geypermana, con Gato, Espuma y Perseida?
    ¿Cómo dar las gracias por tantas bellas palabras?
    Expresiones a todos.
    Piedra

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